Colaboración: Geroa Bai por Iñaki Cabasés Hita

HOY se aborda la redacción inicial de las ponencias de políticas sociales, económicas e institucionales que, una vez que sean definitivamente aprobadas por el Consejo General, se convertirán en el compromiso electoral y político de Geroa Bai con la sociedad y los y las ciudadanas de Navarra.
Estoy convencido de que pueden llegar a constituir la base de la política en Navarra de los próximos años porque estoy persuadido que, tras las próximas elecciones, corresponderá a Geroa Bai el liderazgo y dirección de la alternativa progresista y vasquista que necesita Navarra para abordar su futuro.
Está claro que el bagaje de más de veinte años de gobiernos de la derecha, con el apoyo de un cada vez más paupérrimo Partido Socialista, no puede ser más lamentable. La indudable creación y modernización de muchas infraestructuras unánimemente apoyadas, de otras más que discutibles, y de otras absolutamente prescindibles, no han producido el efecto anunciado de una sociedad próspera. La paulatina pérdida de peso económico por el descenso del sector industrial, y la supresión de la condición foral de muchas de las empresas unida a una progresión del sector servicios muy dependiente del presupuesto público de las administraciones, y todo ello en el marco de la crisis económica, presenta unos resultados de empobrecimiento de Navarra y crecimiento del paro sumamente preocupantes. Quienes aseguraban que estaban "comprometidos con Navarra", no presentan otro balance de su gestión que el deterioro institucional y social, la pérdida de autonomía política, la degradación económica y la debilitación e incluso desaparición de instrumentos de impulso económico y de instituciones financieras sumamente importantes para el desarrollo de Navarra.
Navarra necesita con urgencia un giro en todos los ámbitos de la política. Una evolución revolucionaria que sacuda la apatía social, renueve el impulso institucional, abra nuevas perspectivas económicas y recupere la personalidad política de nuestra tierra frente a la recentralización y el servilismo y subordinación al Estado. Se precisa de decisiones de cambio tan importantes que es imposible que se aborden sin una profunda modificación de rumbo político y de talante de los gobernantes, partidos y líderes políticos. Y no es menor la necesidad de que los máximos dirigentes de Navarra sean más reconocidos por su tarea de gobernantes que por su deambular por los aledaños de los juzgados.

Geroa Bai se convierte en el instrumento que puede hacer posible este cambio radical en Navarra

Geroa Bai se convierte así en el instrumento que puede hacer posible este cambio radical en Navarra. De ahí la enorme importancia que cobra la jornada de hoy con una abundante participación social abierta, sin obligada adscripción de militancia partidaria, con la frescura que da la falta de hipoteca de antecedentes por actuaciones de gobierno y compromisos y obligaciones, y la energía y liderazgo de una Uxue Barkos que ha conseguido sortear las impresionantes zancadillas de la vida y del régimen político que domina Navarra desde hace décadas.
Está claro que más de uno se sentirá legitimado para reclamar un papel protagonista de este cambio político que necesita y demandan Navarra y su futuro. Pero de la misma manera que quienes han protagonizado la gestión que nos ha conducido al actual estado de cosas serían incapaces de hacerlo sin practicar un inútil más de lo mismo, quienes arrastran la mochila de un pasado subordinado a la estrategia de una violencia tan repudiable humana y socialmente como nefasta e inútil políticamente, suscitarían la desconfianza mayoritaria de una sociedad que exige respeto y defensa de los principios básicos de la vida, la libertad y la pluralidad.
Lamentablemente, la mejor apuesta política para cambiar las cosas en Navarra, Nafarroa Bai, la arruinaron los responsables de impedir la configuración de aquel Gobierno de Navarra en 2007, los socialistas, quienes con un egoísmo y miopía políticas inaceptables, prefirieron hacerla desaparecer primero en beneficio aparente de sus propias siglas y después, como era de prever, subsumidos en la estrategia de esa parte de la izquierda abertzale que arrastra tras de sí tal pasado que hoy, y probablemente en una buena temporada, solo genera confianza en su propia gente.
Por eso es el momento, responsabilidad y deber para Geroa Bai de liderar el cambio político en Navarra, sabiendo que deberá contar con otras fuerzas políticas abertzales y de izquierda y aún de centro social y político. A las que deberá indicar tanto el nuevo camino como los límites que exige una acción posible y carente de cualquier proceder revanchista.
Y debe empezar por lo que está haciendo hoy, poner los mimbres en forma de ponencias adecuadas para realizar esa evolución revolucionaria que compatibilice la radicalidad de una nueva propuesta programática institucional, social y económica, con la mesura que necesita una sociedad traumatizada por tantos errores irresponsables, dolosos y culposos.
El cambio en Navarra empieza por y con Geroa Bai.